El legendario activista medioambiental Capitán Paul Watson, cofundador de Greenpeace, fundador de la Sea Shepherd Conservation Society y fundador de la Fundación Capitán Paul Watson, fue detenido en Groenlandia en julio de 2024. Esto se hizo a petición de la nación ballenera Japón, sin una orden de detención internacional o nacional y sin que nunca hubiera habido una sentencia ni siquiera un juicio. La justicia danesa retrasó la vista de la defensa mes tras mes. Las grabaciones de vídeo incriminatorias que exonerarían a Paul Watson más allá de toda duda no fueron vistas por el tribunal durante casi medio año. Paul Watson pasó su 74 cumpleaños en prisión y no fue puesto en libertad hasta el 16 de diciembre de 2024. Queda el regusto insípido de la criminalización general del activismo. Es evidente que se trata de una cuestión política, ya que a las Islas Feroe, que también son danesas, les habría gustado ver morir a Watson en una prisión japonesa. Es inaceptable que personas como Paul Watson, que llevan 60 años luchando por el medio ambiente y contra las mentiras ecologistas, sean extraditadas a una nación ballenera asiática por supuestos daños a la propiedad, mientras los políticos llevan medio siglo mintiéndonos impunemente sobre cuestiones climáticas. Feliz Navidad.