Querido diario,

Atrás quedan unos días turbulentos. Entre la Semana Santa, la visita a la familia y un ataque de pánico, está mi cuidadora que ha perdido el contacto con la realidad y, como resultado, la incorporación espontánea de dos nuevas cuidadoras. El primero ayer a última hora de la tarde -algunos lo llamarían "noche" si no terminas hasta la 1 de la madrugada- y el otro mañana a primera hora de la mañana. No, venir a descansar no está disponible en este momento.

Y aunque desde todas partes me dicen que no es culpa mía que uno de mis cuidadores tenga ahora graves problemas, no puedo evitar pensar una y otra vez en dónde nos desviamos tanto del camino y cuándo empezó a descontrolarse tan terriblemente. ¿Podría haberlo evitado? ¿Tengo yo la culpa después de todo? ¿Dices que no es culpa mía? Soy consciente de ello. Sin embargo, es una persona de buen corazón y estoy 100%ig convencida de que haría cualquier cosa para revertir lo ocurrido. Por desgracia, eso no es posible. Un ataque de pánico no puede revertirse. Ni tampoco dos ataques de pánico.

Y así llega como tenía que llegar. El siguiente cuidador tiene que dejar mi equipo. Tengo que poder confiar en mis cuidadores. Pero aquí me abandonaron una vez demasiado a menudo. De todo, durante el ya demasiado corto tiempo en que me visitaron mi hermana de España y también mis padres de la bella Frankenländle.

La dirección quiere hablar conmigo sobre esto. Porque es importante. También tienen la sensación de que las cosas van muy mal. Y no sólo desde ayer, sino desde que pedí al grupo que mantuviera las manos alejadas de mi colección de whisky. Lo cual fue hace más de seis semanas, pero sí, obviamente es un asunto muy prioritario para ellos. ¿Ves la señal de sarcasmo que estoy levantando?

Me niego. No hay nada que discutir. Primero debemos ocuparnos de cubrir los servicios y asegurar mi suministro. La dirección no se ha interesado por lo que pasa desde hace casi dos meses, así que da igual que sean unos días o no.

Los que me conocen saben que no es bueno que me calle. Mientras sea ruidoso, mientras discuta, llamémoslo incluso refunfuñar, todo sigue dentro de un rango en el que se puede hablar conmigo. Pero si escribo mensajes de este estilo

... Pero de todas formas no hace falta hablar del Señor X ...

Entonces no es un buen augurio.

Sin embargo, casi me sorprendió la reacción. Después de dejar claro que, en caso de duda, me llevarían a urgencias antes de que tuviera que vivir otra noche de pánico del tipo "has dormido como una roca". Porque de eso se trata: Tengo miedo.

Y en algún sitio el dinero... no, deben de haber saltado las alarmas. Por supuesto, es estúpido tener muchas menos enfermeras de las que paga mi seguro durante meses y que luego una de las suplentes que se necesitan urgentemente se vaya. Porque si entonces llamo a la ambulancia y me tienen que llevar al hospital a pasar la noche -y encima un viernes por la tarde-, eso significa que mi servicio de asistencia deja de recibir dinero. Si va muy mal, no saldré hasta el lunes. O hasta el martes. Qué pena.

¿Crees que soy injusto? No, no lo creo. Cualquiera que se ocupe de una responsabilidad tan alta como la dirección de un servicio de cuidados intensivos tiene que enfrentarse a estas críticas. En realidad, sigo siendo demasiado reservada.

Tanto más sorprendente es que, de repente, dos nuevas enfermeras estén listas para venir a formarse esa misma tarde y pasado mañana. Así no tengo que ir al hospital el viernes por la noche ni el lunes durante el día. Hay cosas que son difíciles de creer.

Por supuesto, las tres horas de cribado con un cambio de máscara de prueba por delante y por detrás no son suficientes. Y por supuesto esto es exactamente lo que hemos discutido en cada reunión de crisis en el pasado. Y, por supuesto, cada vez me prometieron que las cosas mejorarían. Pero oye, ¿quién soy yo para quejarme? Yo no. Guiño sonriente.

Lo principal es que los próximos servicios estén cubiertos. Necesito unos días en los que no tenga que rumiar y preocuparme constantemente por las dificultades de mi suministro. Hay tierra a la vista. Así que izemos las velas y pongámonos en marcha.

Cambio de escenario. Ambas familiarizaciones fueron buenas. Mucho, pero realmente inmensamente corto -como de costumbre-, pero dado el generoso plazo de sólo 50 horas, me alegro de que haya funcionado tan bien hasta ahora.

Y así ha sido. El punto crítico para mí siempre es la máscara. No me preguntes, durante meses me puse la máscara yo mismo. Ni siquiera mis padres tuvieron problemas con ello. Ni mi hermana. Y mi novia. En realidad, casi todos los que me han ayudado hasta ahora lo hacen bien. Pero en mi anterior equipo asistencial, sólo hay un empleado fijo que pueda ponerme la mascarilla de forma fiable sin romperme el cuello. En cambio, los dos minitrabajadores siguen mis instrucciones y lo hacen bien. Y con los dos nuevos, habría entonces cuatro trabajadores temporales que pueden manejar mis mascarillas. Es genial.

Veremos cómo va el resto. Dos horas de entrenamiento no son suficientes. Ya he dicho que tres horas. Y para ser sincera, me parecería adecuado al menos un turno completo de día y otro de noche, cada uno acompañado por una enfermera que tenga experiencia conmigo. Me repito, lo sé. Pero es el mismo saco de siempre.

No obstante, tengo confianza. Los dos me causan una buena impresión.

En el frente de la dirección, las cosas también se mueven de repente. Por primera vez se va a celebrar una reunión de equipo. Incluso se va a celebrar en mi casa para que yo pueda estar presente. He observado que quizá deberíamos celebrar previamente nuestra reunión de crisis en privado. Hay muchas cosas que discutir que el equipo no tiene por qué conocer en detalle. El tema de la facturación. El tema del alcohol. El tema de la factura de 7.000 euros. La falta de personal, no porque no haya personal, sino porque se ahuyenta a la gente. El tema de la competencia profesional.

Pero sí, si eso es lo que se quiere, estaremos encantados de hacerlo así. No tengo ningún problema.

Tendré que hacer una lista TOP para que no se nos olvide nada que debatir.

En cualquier caso, algo está ocurriendo. Eso es bueno.